viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Sabemos pedir?…




Para reflexionar:
Esta publicidad nos sirve de disparador para el tema que te presento esta semana. En el video podemos ver a un chico que quiere hacer algo con la chica, pero pareciera no ser claro en lo que quiere. ¿Te sucedió esto alguna vez?
Ahora vamos a llevarlo al ámbito laboral y te presento algunas situaciones que pueden resultarte cotidianas.

Puede ocurrirnos muchas veces que estamos desbordados de trabajo. Acumulamos tareas, una sobre la otra, y luego de algunos días no sabemos por donde empezar. No pedimos ayuda para que el otro no piense que no tenemos la capacidad de arreglárnosla solos, o quizá podemos creer que estamos molestando a alguien con nuestro requerimiento.
Estamos frente a un nuevo trabajo y tenemos dudas. No sabemos desde dónde encararlo, ni siquiera a quién nos podemos dirigir para poder dar el primer paso.
Le pedimos ayuda a una persona y luego de un tiempo descubrimos que no hizo nada de lo solicitado y que tampoco era la persona correcta para ayudarnos, pero sólo nos enteramos al momento de verificar cuánto avanzó en nuestro pedido.
Si te sucedió alguna de las situaciones antes mencionadas, entonces es momento de comenzar a chequear cómo están tus pedidos.

Desde la postura del coaching ontológico, decimos que el pedido es un acto del habla que nos permite coordinar acciones con otro para poder alcanzar nuestros objetivos. Pero muchas veces podemos no tener disponibles el hacer pedidos por diferentes razones, entre ellas te menciono:

-  Miedo a que nos digan que NO. Ante la posibilidad de rechazo de nuestro pedido, directamente no lo hacemos. Lo que podemos decirte es que si alguien te dice que No a un pedido que le realizás, entonces le está diciendo que NO a tu pedido, pero no te lo dice a vos cómo persona.

-  No saber qué necesitamos. Puede sucedernos que necesitamos solucionar algún tema, pero al momento de pedir ayuda no podemos ser específicos en nuestro pedido y por lo tanto preferimos tener las cosas totalmente claras antes de pedir. Podemos decirte que en estas situaciones pidas a la persona adecuada que te clarifique tu tarea, para poder empezar.

-  Orgullo. Este es un gran enemigo a la hora de pedir, ya que lo que no quiero es mostrarme débil ante el otro o que piense que no puedo solo. En estas situaciones tené presente que hagas lo que hagas el otro pensará de vos lo que él quiera; y que tu orgullo puede llevarte a la inacción. Vos elegís que situación podría afectar más tu orgullo, si haber realizado acciones a través de pedidos o no haber accionado, o peor aún, haber realizado acciones que no te llevaron a tus resultados por mantener firme tu orgullo.

-  Muchos otros motivos más.

Ahora voy a dejarte los elementos que te pueden ayudar a realizar un pedido efectivo. Te invito a que chequees cuál de ellos no estás teniendo en cuenta:
o   Orador. Esto es quien realiza el pedido.
o   Oyente. Es decir a quién le pido. Puede sucedernos que hacemos un pedido sin oyente, a quien lo escuche primero. Por ejemplo: “¡Necesito la carpeta de sueldos!”. ¿Quién es el oyente de este pedido?
o   Acción futura: Es muy importante que digamos la acción que queremos que el otro realice. Si, por ejemplo, yo digo “Papel”, puedo estar pidiendo que me alcancen hojas para la impresora, o solicitando que alguien levante papeles que están en el piso.
o   Factor tiempo: Ser específicos al decir para cuando necesitamos lo que estamos pidiendo. No es lo mismo pedir que un informe esté terminado para mañana, que lo esté para mañana antes de las 13hs.
o   Condiciones de Satisfacción: Aquí nos referimos a ser lo más claros posibles cuando realizamos un pedido. Si alguien me pide que le alcance los papeles con los que estoy trabajando, podría estar llevándole papeles de 5 temas diferentes. ¿Cuál de ellos quiere ver?
o   Trasfondo de obviedad compartida: En este punto hablamos de aquellos códigos que compartimos y que no necesitamos aclarar. Si estoy en una librería y digo “¿Tenés algo de Borges?” la obviedad compartida es que estoy solicitando libros de Jorge Luis Borges. Te invito a que pienses cuando hagas un pedido, si lo que vos pensás que es una obviedad compartida es tan obvio o no para el otro.
o   Competencia: Hacer un pedido a la persona que tenga la capacidad o el expertis para realizar aquello que le estamos solicitando.
o   Sinceridad: Es el juicio del otro en el que considera que lo que pedí es importante para mí. Si solicito un informe y cuando lo recibo no le doy importancia o lo dejamos a un costado para verlo cuando tengamos tiempo, el otro tendrá menos disponibilidad para cumplir nuestros pedidos en el futuro.

Cuando pedimos nos hacemos cargo de lo que nos falta y de que accionamos para conseguirlo. Cuando pedimos caminamos hacia nuestros objetivos. Cuando pedimos sabemos lo que queremos.

Preguntas para crecer:

-       ¿Tenés objetivos claros respecto de tu crecimiento laboral? ¿Estás trabajando para obtenerlos? ¿Qué necesitás? ¿A quién le podrías pedir ayuda y todavía no lo estás haciendo?
-       ¿Qué es lo que te decís cuando elegís no pedir?
-       Si supieras que el otro puede ayudarte y quiere hacerlo ¿De qué manera se lo pedirías?
-       ¿Cuáles de tus pendientes actuales dejarían de ser pendientes si le hicieras pedidos específicos a las personas indicadas?
-       Ahora, para empezar a pedir te propongo que te hagas las siguientes preguntas ¿Qué necesito / quiero? ¿A quién se lo puedo pedir? ¿Cuáles son las competencias que me faltan? ¿Para cuándo lo necesito / quiero?



2 comentarios: